Buenos Aires, 3 de noviembre de 2023 - El restaurado histórico edificio de la Confitería del Molino, en la intersección de las porteñas avenidas Rivadavia y Callao, fue el punto de encuentro para celebrar, por primera vez en la historia, el Día de la Pastelería Artesanal Argentina que quedó establecido el 1° de noviembre.
El evento, organizado por la Federación de Trabajadores Pasteleros, Servicios Rápidos, Confiteros, Heladeros, Pizzeros y Alfajoreros, y la Cámara de Confiterías de la AHRCC reconoció a 100 destacados profesionales de distintos puntos del país por su contribución a la pastelería, ya que sus trabajos han deleitado paladares y han dejado una huella indeleble en nuestra industria.
El lugar elegido para la celebración, supo ser cuna de legendarios postres de la pastelería nacional. Durante la velada, se reconoció el valor histórico y cultural del establecimiento, cuna de la actividad en nuestro país.
En la oportunidad, el Secretario General de la Federación de Pasteleros, Luis Hlebowicz, sostuvo: “Argentina es uno de los mejores países en pastelería en el mundo. No solo por el dulce de leche, que marca la industria nacional, si no también porque logra sintetizar las raíces españolas e italianas, y darle su propia impronta, de excelente nivel”.
Por su parte, el presidente de la AHRCC, Daniel Prieto, destacó a la confitería del Molino como un ícono de la ciudad: “Aquí siempre se habló del producto y los pasteleros son los responsables de eso. Todo establecimiento gastronómico o confitería depende de ustedes, del maestro pastelero, de las personas que llevan el producto a la gente”.
En tanto, el presidente de la Cámara de Confiterías, Néstor Reggiani, se refirió a este primer grupo de 100 pasteleros homenajeados: “Sabemos transformar las adversidades en logros, disfrute, creatividad, ansias de superación y el deseo de reivindicar nuestra condición de artesanos”. Hizo también mención a la elaboración de los postres Leguizamón y el Imperial Ruso que se producían en el subsuelo de la Confitería del Molino que “fue un ejemplo de inversión y optimización de recursos en función de la calidad y el compromiso con el cliente.
El secretario administrativo de la Confitaría del Molino, Ricardo Angelucci, destacó: “Para nosotros como Edificio del Molino es un orgullo haber sido el punto de encuentro de los homenajeados, donde nace una nueva efeméride que celebre la calidad de la pastelería artesanal argentina, habiendo sido este edificio cuna y escuela de postres emblemáticos de nuestro país”.
Los 100 pasteleros seleccionados recibieron una chaqueta personalizada, un gorro y un diploma. Entre los homenajeados, se encontraban presentes Dolli Irigoyen, Donato de Santis, Osvaldo Gross, Pamela Villar, Mauricio Asta, entre otros. También, se incluyó a históricos trabajadores del Molino, entre ellos, Antonio Sanchis, de 96 años, que trabajó más de 40 años en la confitería.
Un momento emotivo tuvo lugar cuando se distinguió a Felipe Malmoris, de 102 años, pastelero y ex dirigente Sindical que en 1946, integró la primera comisión directiva del Sindicato de Trabajadores Pasteleros.
Tras finalizar los homenajes, se descubrió una placa en reconocimiento a la labor de la Comisión Administradora del Edificio del Molino, en la puesta en valor de este establecimiento, que se consolida como un monumento histórico nacional. |